La vida está llena de pérdidas. Algunas se ven, otras no. Algunas se entienden y otras duelen en silencio. El duelo por infertilidad y duelo gestacional son esos que no se nombran, no se validan y no se acompañan... pero existen.
¿Qué es el duelo? Es un proceso de adaptación emocional, física y mental que surge tras perder algo o alguien. Con la infertilidad, se pierden sueños, planes y una imagen de maternidad o paternidad que teníamos dibujada con esperanza.
¿Por qué se le llama duelo invisible? Porque muchas veces no hay un “evento” que el mundo reconozca. No hay cartas, no hay flores, ni palabras. Pero dentro de ti, algo importante se rompió.
En pareja, se vive distinto:
Las mujeres solemos expresar tristeza y necesitamos espacios seguros.
Los hombres lo viven con enojo o evasión, buscando distraerse o enfocarse en lo práctico.
¿Cómo atravesarlo juntas/os?
Comuníquense desde el corazón, no desde el juicio.
Exprésense, nombren lo que sienten, aunque sea distinto.
Acompáñense con presencia: a veces solo hace falta estar.
Qué hacer ante un duelo por infertilidad o pérdida gestacional:
Valida tu dolor. No lo minimices, ni permitas que otros lo hagan.
Cuida tu cuerpo: duerme, aliméntate, abrázate.
No te apresures. Cada quien vive el duelo a su ritmo.
Busca una red de apoyo: terapias, grupos, amigas, aliadas
No se trata de “superar”, se trata de integrar. Dejar que ese dolor se transforme en una nueva fortaleza.