Saber que alguien de tu familia o círculo cercano está enfrentando un proceso de infertilidad requiere un nivel profundo de empatía, sensibilidad y presencia. Muchas veces no se necesitan consejos ni soluciones, solo una escucha genuina y una compañía amorosa.
Qué SÍ puedes hacer:
"Aquí estoy para ti."
"¿Qué necesitas de mí?"
"¿Quieres salir a caminar, a comer...?"
"¿Quieres hablar o simplemente estar en silencio?"
"No imagino lo que estás pasando, pero te acompaño para que pese menos."
Qué EVITAR decir:
"Relájate, y verás que pega."
"Dios tiene un plan."
"A mi prima le pasó igual y ahora tiene trillizos."
"Deberías adoptar."
"Quizás no es tu momento."
Frases como estas, aunque bien intencionadas, pueden minimizar el dolor o invalidar el proceso emocional que vive la persona. Acompañar no es resolver, es sostener.