Un tratamiento de fertilidad es un proceso integral, implica cuidar tu cuerpo, mente y emociones
Prepara tu cuerpo:
Come mejor: opta por alimentos naturales, balanceados y antiinflamatorios.
Duerme bien: prioriza el descanso como una medicina diaria.
Haz ejercicio moderado: te dará energía y bienestar.
Consulta con asesoras en fertilidad para una dieta y suplementación adaptada.
Cuida tu mente:
Vive un día a la vez. El miedo es una historia que aún no ocurre.
Usa mantras, afirmaciones, meditaciones.
Únete a un grupo de apoyo o comunidad de mujeres que estén viviendo lo mismo.
Involucra a tu pareja: ellos también sienten, dudan y temen.
Honra tus emociones:
Si otra se embaraza antes, si no quieres ir a un baby shower: está bien.
Refuerza tu autoestima con rituales, hobbies, autocuidado y acompañamiento psicológico.
No estás sola. Hay más mujeres de las que imaginas transitando esto.
Planea tus finanzas:
Pide costos desglosados a la clínica.
Recuerda: el seguro de gastos médicos no cubre reproducción asistida, pero sí puede cubrir pólipos, quistes o miomas.
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Cuida tu entorno social y laboral:
Habla con alguien que empatice con tu proceso. Cambiarán tus prioridades sociales, y eso está bien.
Algunas empresas ofrecen apoyos o consideraciones especiales.
Asistir a las citas no es un lujo, es una necesidad médica.
Y sobre todo: Este camino puede ser desgastante, pero también puede ser una oportunidad para conocerte más, para reconectar contigo.